FATYRED

lunes, 19 de abril de 2010

CICLO DE CINE DEL BICENTENARIO


El objetivo de estas reuniones, más allá de los puntos de vistas y criterios establecidos a través de la historia por los estudiosos, es contemplar los procesos de movimiento de los pueblos libres, soslayando las opiniones, simples puntos de vista; intentar establecer la verdad sobre los hechos y porqué de nuestra historia.

MOVIMIENTO NACIONAL

No se puede interpretar la historia latinoamericana si no se interpreta primero el proceso histórico español en la etapa de la reconquista del dominio árabe-musulmán que comienza en “la victoria de los francos” en él 742 y termina en marzo de 1492 cuando el sultán de Granada capitula ante los reyes católicos.

Durante esa etapa, siete siglos, el pueblo español se “movilizo” en base a tres principios esenciales:

1. Formación de comunidades en el territorio conquistado.

2. Formación de organización militar y piramidal de la sociedad.

3. La defensa y sustancia de la FE.

Es incomprensible que los métodos enunciados hayan tenido éxito si no acudimos al Antiguo Testamento en la organización y expansión del pueblo Hebreo en Palestina (Tierra Santa) que se manifestó a través de un establecimiento y desplazamiento de los lugares ocupados por otros pueblos. Solamente así podemos comprender las causas por la cual “Las Españas”, fueron el único territorio que no pudo ser islamizada en un momento que la cristiandad estaba en su proceso de organización y estabilidad, que se consumó recién en el año 800 con Carlomagno.

Si pasamos a la historia del pueblo Americano, Colón llega a estas tierras en octubre de 1942, meses después. Desde allí se inicio un proceso similar al español en desplazamientos hacia el sur, como aprendieron en España, y en dos estrategias fundamentales, una la conquista y luego por separado la evangelización.

Sin lugar a dudas hubo un choque entre las dos culturas la local y la foránea, pero la necesidad de establecerse en el territorio, demando uniones mixtas entre europeos y originarios, a ese proceso se llamó mestizaje.

La intención de este ciclo no es hacer un juicio de valor, sino de reencontrarnos con nosotros mismos, con los fundamentos de nuestro ser y la trascendencia que la misma impone, para lanzarnos el desafío de estos tiempos y hacer nuestra parte en “La Refundación del Movimiento Nacional” que se está gestando.

“Para un Argentino,

no debe haber nada mejor

que otro Argentino”.


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