FATYRED

jueves, 24 de febrero de 2011

El Callejón del Futuro.


En este año, se dice, empezaría el futuro de nuestro lugar en el mundo, el cual cada día tiene más valor por el desmoronamiento de los castillos de naipes que nos han vendido sistemáticamente desde 1810. La excelencia esta en otros países y hoy vemos como la realidad es la única verdad.
El tiempo verbal deja el espacio para el desafío que nos propone el sujeto, “nuestro lugar”.
En estas reglas de armonía comunitaria está propuesta la disputa partidocrática, en donde sólo tomamos partido cuando sufragamos como un “touch and go” de la responsabilidad cívica o de ese futuro que soñamos y que estamos obligados a escribirlo por nuestra descendencia.
Es de hipócrita culpar a la apatía de la población por participar en la política de los partidos, que en definitiva son quienes escriben el futuro ya sea por responsabilidad asumida o por dictado de compromisos tomados, más aun en un país en donde una gerencia militar se encargo de eliminar dirigentes y la democracia post dictadura atrofió la militancia.
La imagen del callejón es muy representativa en el ánimo popular ya que siempre se manifiesta a la realidad como: “un callejón sin salida” o peor aun “esperemos encontrar la luz del final de este túnel”. Más allá de estas expresiones que tratan de enmascarar la realidad particular, colectivamente se recorre un callejón que siempre tiene salida. Como si fuera agua de deshielo la voluntad y los objetivos colectivos, buscan el mar y por mas recodos o represas que se pongan el cause de la corriente sigue hacia el mar.
Hemos llegado al sector del callejón donde la partidocrácia hace sus ofertas. Todavía existen grupos que solo miran y entran a ciertas puertas y jamás entraría a la de enfrente y otros que recién están descubriendo esa puertas y la decisión de ignorar el resto de las ofertas. También hoy vuelven a aparecer vidrieras con estrellas que tratan de encandilarnos  para ocultar a los viejos y mañeros comerciantes que viven disfrazando su mercancía vencida.
Mientras el conjunto sigue su recorrido la materia gris de los partidos entra, en velocidad, al túnel de la decisión colectiva.
Hoy ya hay diferentes terrenos y podría haber mas, para que el cause llegue al mar, será la gimnasia que tenga la corriente para sortear la dificultad topográfica propuesta y por lo que puede observarse el viejo vicio de ciertas corrientes se encontrarán en verdaderas trampas construidas por aquellos partidarios de ideas tales como: “la política (de los partidos) pasa por hechos periodísticos” y “todo se resuelve en el grupo chico y cuando más chico, mejor”.
¿Alguien conduce el cause? ¿El cause quiere ser mar? y ¿Hay alguna puerta del callejón que ofrezca ser parte de un delta?